Elecciones municipales 2004.

Elecciones municipales desde una perspectiva ética.

 

Las elecciones municipales desde una perspectiva ética.

Patricio Orellana Vargas,
Profesor de la Universidad de Chile

Política y ética.
Nada más lejanos y separados parecen estos dos conceptos. Sin embargo, en la antigüedad griega la política implicaba necesariamente la ética. Sólo Maquiavelo fue quien las separó conceptualmente en el Renacimiento. Antaño la política era relativa a cómo participar y servir en el gobierno de la ciudad. Con Maquiavelo pasó a ser la ciencia de cómo conquistar y mantener el poder.

La real politik actual se centra en lograr los resultados propuestos y elimina cualquier principio, ya que esta ciencia no puede estar infectada de valores.

Pero en el caso de Chile los problemas éticos, especialmente el relativo a la corrupción política y administrativa no puede quedar al margen de la discusión política y las elecciones que sirven a la ciudadanía para pronunciarse sobre los temas centrales pueden hacerlo sobre esta lacra.

Es evidente que el tema de la corrupción fue un asunto central en la agenda política, los casos GATE, INVERLINK, Sobresueldos, honorarios, coimas, pagos por reuniones inexistentes, asesorías invisibles, etc. conmovieron a la opinión pública. Nunca en la historia de Chile habían sido desaforados y sometidos a procesos o investigados 6 diputados, 5 ministros y 2 subsecretarios, incluyendo a dos ex presidentes de partidos. Se realizaban 282 procesos por corrupción, de los cuales 114 eran sobre el sector central de la Administración Pública. Obsérvese que la prensa hacía pocas referencias al tema de la corrupción, pero en el año 2001 se publicaron 1717 artículos sobre el tema en la prensa nacional, al año siguiente ya eran 3.348 y en el 2003 llegaron a 4.059 (recopilando en este año sólo la información de enero a agosto).

Sin embargo, sólo el 13% de los que contestaron la última encuesta de CERC consideraban que la corrupción era un problema central.

¿Qué ha pasado? ¿La corrupción ha desaparecido?

Un acuerdo perverso.
Lo que ocurrió efectivamente es que el gobierno y la oposición llegaron al Acuerdo Político Legislativo para la Modernización del Estado del 30 de enero del 2003 (las llamadas agenda larga y agenda corta) para legalizar los casos de corrupción, que permitieron transformar los sobresueldos en actos legales y eliminar las denuncias sobre estas materias. La oposición, por su parte logró que en la dirección del nuevo sistema de la alta dirección pública hubiese un reparto en virtud del cual, el tan denostado cuoteo se amplió, ahora el Consejo directivo está compuesto de 4 políticos; un DC, un PPD, un UDI y un RN (José Florencio Guzmán, Mario Waissbluth, Rosana, Costa y María Luisa Brahm Barril), de manera que se puede presumir que los altos cargos se repartirán en esas mismas proporciones a no dudar.

Para lograr la comprensión del Poder Judicial se ha reiterado el ofrecimiento de otorgar la independencia financiera y presupuestaria. De esta manera dicho poder lograría una aspiración centenaria.

Finalmente, la Contraloría General de la República recibe 25 millones de dólares para su modernización, parte de los cuales pueden utilizarse para estimular las jubilaciones de funcionarios ancianos. De esta manera esta institución deberá centrarse en sus propias transformaciones, lo que puede significar que otros temas son postergados.

El principal interesado en apaciguar este clima de denuncias era el gobierno y ha logrado disminuir la presión social. Pero paradójicamente la oposición también tenía el mismo interés.

¿Por qué la oposición aceptó este pacto y no realizó una campaña de denuncia que le habría atraído el apoyo de amplios sectores?

La oposición entró en el apaciguamiento de los escándalos por tres motivos, el primero fue porque las corrupciones descubiertas, eran, en general, la prolongación de las corrupciones establecidas durante la dictadura (indemnizaciones a todo evento, sobresueldos, falsos honorarios, ventas fuera de los procedimientos legales, etc.). En segundo lugar, porque la oposición, que se rige por los principios hedonistas del neoliberalismo, considera que “la imagen país” debe ser preservada a toda costa, pues de otra manera se afecta a los negocios, que es su razón de ser y más aún si esperan conquistar el poder. En tercer lugar, no pueden asumir el rol de contralores éticos cuando su líder, el general Pinochet, a quien siempre defendieron como una persona intachable en materias de honestidad, ha resultado ser uno más de los dictadores latinoamericanos que se enriquecieron con el poder y como ellos tiene depósitos ocultos en bancos internacionales.

De esta manera hay un empate moral entre la Concertación y la Alianza, entre gobierno y oposición y ambos están interesados en olvidar y ocultar el proceso de corrupción que se desarrolla en el país.

La corrupción y las elecciones.
De esta manera la corrupción, como fenómeno político significativo fue minimizado aparentemente. Sin embargo, si aceptamos que hay un inconsciente colectivo como lo sostenía Jung, una posible interpretación de estas elecciones es el rechazo al sistema político vigente por factores tales como la corrupción generalizada que se considera inherente al sistema, ya que hay un 14% de los votantes que no optaron ni por el gobierno ni por la oposición de derecha y emigraron al extra sistema, votando por independientes de diverso pelaje y por la izquierda liderada por el PC. Además otro porcentaje significativo, casi el 10% votó en blanco o nulo.

En conclusión casi 1 de cada 4 electores optó por marginarse del sistema. Si agregamos que hay varios millones de personas que no se inscriben, resulta que el sistema electoral y por ende el sistema político está perdiendo legitimidad en forma abrumadora y alarmante. Creemos que la causa de esa deslegitimación es el abandono de los principios éticos por el sistema en su conjunto, que pretende funcionar al margen de ellos.

En otros países donde la corrupción se ha generalizado, la población optó por las alternativas no contaminadas, como en Italia con el triunfo de la izquierda y posteriormente de la derecha, las que habían estado fuera del sistema de gobierno por casi 50 años, o en México donde se optó por un partido de derecha que también había estado fuera del sistema de gobierno por más de 8 décadas.

En Chile la única salida no contaminada es el conglomerado que dirige el PC, pero el sistema binominal está concebido para impedir su acceso al poder, excepto un vuelco profundo que ahora se empieza a esbozar. Como lo señala el principal asesor de Lavín, el alcalde De La Maza a ellos le corresponde levantar una alternativa a la Concertación. Es posible que este asesor imagine que la única manera de arreglar la debilitada situación de su candidato sea repetir la experiencia del cura de Catapilco, que en una oportunidad impidió el triunfo de Allende.

Sin embargo, desde otra perspectiva, es evidente que en América del Sur se están produciendo cambios importantes. El modelo neo liberal se está agotando y hay significativos triunfos de la izquierda en Colombia, Venezuela, Brasil, Uruguay, Bolivia y Argentina. Esta tendencia está representada en Chile por JUNTOS PODEMOS, para ello es imprescindible ampliar su base y encontrar una figura que no sea un “cuadro” del PC o un ex combatiente rodriguista, retazos de un pasado stalinista que debió ser superado, y la única figura alternativa con una fuerte trayectoria ética por su rol de denuncia cuando fue diputado es el senador Nelson Ávila, expulsado de la Concertación por las denuncias que hizo a la corrupción y por su rechazo a la subordinación de los senadores a las empresas de las cuales dependían y por su posición de total repudio al neoliberalismo.

Esta es la puerta que se abre y quizás sólo sea válida si junto a la valoración de la ética en la política incorpore la transparencia, proponiendo una candidatura de izquierda que aglutine a estos sectores, pero que no ofrezca una lucha hasta el fin, sino que señalar,desde el comienzo, de que si existe segunda vuelta será el factor que asegure el triunfo de la Concertación. La campaña, sin embargo, debería estar dirigida en contra del neo liberalismo y la derechización de ese conglomerado, para abrir posibilidades a futuro de derrumbar el sistema binominal, desarrollándose una tercera fuerza similar a las dos que monopolizan el poder.

La interpretación de los resultados.
Es chocante ver la interpretación que hacen de los resultados electorales los dirigentes de la Alianza y su prensa (casi la totalidad). En primer lugar sostienen que cifras distintas son iguales y elaboran el concepto matemático de “empate técnico” resultando que A es igual a B. Después anticipan los resultados en función de las empresas encuestadoras que controlan y como los resultados son distintos a los que anticipaban, abandonan las expectativas de un día para otro Y si bien el día anterior a la elección sostenían que si no igualaban o superaban a la Concertación sería un desastre para ellos, al día siguiente de las elecciones señalaban que de todas maneras era un éxito perder por tan poco. Esto recuerda el libro 1984 de Orwell donde había un Ministerio encargado de demostrar que lo malo era bueno y que “la paz es guerra”, “libertad es esclavitud”, lo falso era cierto. Aquí, sin necesidad de ese Ministerio, demuestran que perder es ganar. Además como corolario incoherente demuestran que ganar en Santiago es ganar en Chile (ya que ganaron la alcaldía de Santiago).

Es cierto que hay algunas excepciones: Lavín, Allamand y otros reconocen que lo esencial es la derrota de la Alianza, pero a continuación la justifican y aseguran éxitos futuros, como si el futuro fuera de ellos. Otros extremos irracionalistas, como el diputado Maureira, aseguran que las cifras de la elección presidencial son las aseguran que la derecha avanza… pero esas cifras no existen ya que son las de las elecciones del 2005.

La primera conclusión válida es comparar estáticamente los resultados que reflejan la situación actual. En las dos versiones: elección de alcaldes y en elección de concejales la Concertación logró un éxito evidente.

La segunda conclusión válida es comparar los resultados con las expectativas fundadas, para la derecha éstas fueron totalmente mayores que los resultados reales y en consecuencia ya no las usan en sus argumentos. La Concertación, en cambio suponía un resultado muy parejo y el final fue sorpresivo. Pero nadie le otorgaba mayor importancia a la opción extra sistema.

La tercera conclusión, ya menos válida, es la percepción dinámica. En este caso, ambos conglomerados disminuyeron sus votaciones y los triunfantes son los extra sistema. Pero la versión dinámica en la perspectiva de las elecciones presidenciales evidentemente deja en muy bien pie a la Concertación, ya que tiene refuerzos posibles en el extra sistema, mientras que la Alianza ya no tiene a quien recurrir. Los que votaron por JUNTOS PODEMOS no votarán con agrado por la Concertación, que en poco se diferencia de la Alianza, pero lo harán para rechazar el legado pinochetista con que carga la Alianza, algo parecido puede ocurrir con los que votaron por los llamados descolgados, que en su mayoría provienen de la Concertación.

Quizás se piense que la ética poco tiene que ver con la interpretación de los resultados, pero no es ético manipular las cifras para engañar, hay que aceptar su veredicto y trabajar por cambiarlas a futuro, pero no cambiar los números por argumentos verbales para engañar ingenuos.

La madre de las Batallas.
Lavín, que concede gran importancia a sus consejeros de imagen, creemos que no debió aceptar este slogan. La idea de “Madre de las batallas ” proviene de Sadam Hussein e históricamente fue un bluff. La invasión de Bush padre a Irak barrió en pocos días con el ejército de Sadam, pues un país subdesarrollado no puede enfrentar a un país desarrollado (y al más poderoso del mundo) en una guerra regular. Distinta es la situación en una guerra irregular como la derrota yankee en Viet Nam o los actuales aprietos norteamericanos en la guerra irregular del pueblo iraquí.

Si pretendió señalar que Santiago era la batalla más importante, no debió elegir el símil ya que es una derrota y un bluff. Parece que sus asesores de mercadeo -como habitualmente corresponde- son personas con una pobre base cultural y quizás con admiración por el tirano de Irak o por los dictadores en general.

Factores éticos en los resultados partidarios.
Como hemos señalado, si es cierto que hubo un inconsciente colectivo que condenaba la corrupción generalizada, el éxito de JUNTOS PODEMOS tiene esa justificación así como para los “descolgados”, que además expresaron un rechazo a la burocratización- corrupción partidaria, donde las dirigencias transan en el mercado electoral los cupos, sin considerar a las bases y con la centralización santiaguina en la toma de decisiones.

El más afectado por la corrupción, sin duda fue el PPD que ha respaldado totalmente a sus dirigentes que han participado en actos de corrupción como Rebolledo y Girardi (casos coimas y casos cartas con franqueo gratis e interferencia en el proceso judicial de pedofilia), ellos siguen actuando en las estructuras partidarias e integrando las trenzas de poder. Además el PPD fue atrapado en el marketing y su imagen de super héroe yankee parece que no convenció.

El Partido Socialista tuvo una actitud similar brindando un respaldo irrestricto a un diputado envuelto en el caso coimas y en otros hechos de corrupción como el MOPT. Similar situación es la del partido Radical que también respaldó al Subsecretario de Transportes vinculado al caso coimas.

En cambio, los mejores resultados los obtuvo la Democracia Cristiana, que, encabezada por Zaldívar fue capaz de expulsar a diputados acusados de corrupción política y suspender a un alcalde de Valparaíso acusado de otros actos de corrupción y retirarlo de su postulación para ser reelegido. Esta directiva colocó la probidad como una exigencia controlable a sus miembros.

En la oposición, es posible que en algo influyera el acuerdo que la UDI y Renovación Nacional tuvieron con el Gobierno para tapar la corrupción y después legalizarla a través de la cuota de poder que adquirieron en organismos públicos (Consejo de la Alta Dirección Pública y el Servicio Civil). También el deterioro de la imagen de Pinochet, que ya no sólo es el que dirigió los crímenes de lesa humanidad, sino que además es un político que se enriqueció con el poder. Para muchos derechistas la violación a los derechos humanos podía tener alguna justificación (lo que es inadmisible) pero lo que no pueden aceptar es que su líder y guía espiritual resultó ser un vulgar político corrupto como tantos otros. Si los factores éticos influyen en la población, había razones para comprender el fracaso de esta Alianza.

También la UDI brindó un respaldo irrestricto a un alcalde acusado de abandono de sus deberes y de haber engañado a pobladores, lo que determinó la renuncia de un diputado ya que no aceptó las razones de la directiva, en el sentido de que lo que interesaba eran los votos del mencionado candidato.

Explicaciones oportunistas.
Varios dirigentes de la derecha argumentaron que su derrota se debió al cambio del sistema electoral, en el sentido de que se separaron las elecciones de Alcalde y concejales. No hay razón plausible que esto determinara más o menos votos a algún partido y si la democracia exige transparencia, es inobjetable que el actual sistema es mucho más claro para los electores. En el sistema anterior el alcalde no era elegido directamente por la ciudadanía sino por acuerdos de los concejales elegidos en la mayoría de los casos.

El razonamiento de la derecha en materias políticas electorales no se basa en principios sino en conveniencias, así por ejemplo fueron ardientes partidarios de los senadores designados, pero cuando el sistema permitió la incorporación de senadores ajenos a la derecha estuvo pronta a cambiar el sistema. De la misma manera el sistema binominal es defendido a rajatabla con el argumento de que brinda estabilidad, cuando la estabilidad está en peligro porque está deslegitimando la política y creando un extra sistema con los millones de electores que no se inscriben o que votan en contra de los dos conglomerados que se reparten el poder. Si este sistema se vuelve en contra de ellos, es probable que reconsideren su situación.

Parece que la ética no tiene importancia en el actual quehacer político, pero quizás en el subconsciente colectivo permanecen vigentes valores que deberían ser inseparables de la política. Ojalá el extra sistema sea una expresión de esa posibilidad.