Barrientos, Juan A., Del gobierno y de la alta gestión pública

Juan A. Barrientos Vidaurre, Del gobierno y de la alta gestión pública

 

Juan A. Barrientos Vidaurre, Del gobierno y de la alta gestión pública, Santiago, Ediciones Rumbos, 2001, 279 Págs..

El autor define su obra como un manual, pues efectivamente tiene una finalidad pedagógica, “para el uso y referencia de profesores y estudiantes” interesados en conocer la estructura y funciones del Gobierno de Chile. Define la materia de la Administración Pública en el ámbito de la Ciencia Política ya que consiste en apoyar al Gobierno en procesar y resolver las demandas públicas. Su preocupación de centra en la conceptualización y uso del concepto “interés público” que debe condicionar la conducta del gobernado para obtener sus fines. Sin embargo, el área temática es compleja y se relaciona también con “lo jurídico-administrativo y secundariamente con lo administración moderna de los negocios privados”.

El texto es también para el profesional de cualquier área de la alta dirección o gestión pública.

El Estado es un producto de la sociedad civil y de ella depende, a la vez que es un instrumento del estado. El gobierno existe para servir los intereses del estado y la sociedad, entre los cuales están el interés nacional, el público y el privado. La Administración Pública es la gestión que, junto al gobierno, son coacción que persigue la eficiencia.

En el capítulo 1 estudia el entorno científico del gobierno y la administración o gestión pública. destacando la base que es la ciencia Política, en segundo lugar el estudio de la relaciones internacionales, en tercer lugar el aporte de la sociología y la Antropología Cultural , también analiza el aporte de la psicología social, y especialmente del derecho. La Geopolítica y la Economía son los otros aportes científicos que fundamenten el tema; y finalmente, la Administración o Gestión, las tecnologías y la ecología y el ambientalismo.

Los enfoques que han existido para tratar el tema del gobierno y la gestión pública son:
El énfasis en el ordenamiento jurídico y el respeto reverencial a la norma con su exceso de legalismo.

El enfoque organizativo o estructural centrándose en la organización formal.

El proceso de decisiones y la búsqueda de participación.

El ingenieril o economicista centrado en la eficiencia y productividad.

El enfoque humanista referido a las actitudes de sus miembros.

El enfoque multicultural profesional que destaca los valores e ideologías.

Sin embargo, ninguno de estos enfoque utilizados parcialmente parece haber producido resultados, por lo cual se apoya un enfoque multidisciplinario.

El Capítulo II “se refiere a conceptos y definiciones de mayor permanencia que informan y limitan el quehacer del gobierno y de la gestión pública”. Ellos se refieren a una profundización de los conceptos de gobierno y servicio público y sus respectivos entornos y especialmente a una visión estructural de los componentes institucionales y estructurales del Estado. Presenta a continuación los sectores que componen el Gobierno y la Administración y las relaciones que existen entre ellos, ilustrado en una matriz de estos sectores y de los sistemas operativos (planificación, personal, abastecimientos, métodos y procedimientos, información y auditoría). El ordenamiento jurídico administrativo está ilustrando con una pirámide de las normas, decisiones y comunicaciones operativas. Finalmente ubica al Estado y el gobierno en el mundo transnacional en el cual no sólo están los Estados sino que las grandes corporaciones multinacionales.

El capítulo III entra en los aspectos más operativos del gobierno y la gestión pública. Estado, gobierno y Administración son analizados en las visiones anglosajonas y latinas, otorgándole un rol importante a las ideologías. Pero el gobierno a su vez involucra dos procesos: uno político y otro administrativo, quedando subordinado el segundo al primero porque así debe ser, aunque sin administración, la voluntad política es un simple deseo. Quien traduce los deseos políticos en hechos es la burocracia, la cual se presenta de acuerdo con el esquema clásico de Weber, pero reconociendo las visiones críticas, ya que la burocracia incide sobre el proceso aunque simultáneamente es influida por éste. El control juega un rol esencial pero lo conveniente es la existencia de dos burocracias, una formalista y legalista y otra creativa y flexible. La burocracia debiera ser neutral, pero la influencia de los partidos la empuja a adoptar compromisos restringidos. A la vez una burocracia libre de dependencia política no conlleva la eficiencia, hay que buscar un equilibrio. Sin embargo, las tendencias centralista, rutinaria y fomalista de la burocracia parece ser un rasgo universal según diversas experiencias.

La discrecionalidad y el control son antagónicos en los extremos, pero ambos son insustituibles. En el Estado regulador actual se debe controlar pero sobre bases bien establecidas. Estos conceptos generales son explicitados en el caso de Chile.

El tema de la dirección superior y la conducción política son tratados en detalle, considerando el condicionamiento del gobernante y del gobernado y como la conducción del gobernante usando sus recursos debe reconocer esos factores. Finalmente, la toma de decisiones gerenciales es estudiada como un proceso complejo, incluyendo la implementación y ejecución y en estrecha relación con la negociación y el manejo de conflictos, reconociendo el rol actual de la participación social que permite “controlar el uso y distribución de beneficios y recursos mediante su influencia en las decisiones y, a veces, en la gestión”.

El autor señala que el capítulo IV “pretende reforzar la acción del gobernante mediante el uso apropiado de la comunicación, además del perfil del gobernante y del administrador público?”, lo que realiza mediante el análisis del discurso y el lenguaje político y administrativo y la comunicación y el control social.

El problema de la corrupción político administrativo es presentado como importante para América Latina y lo relaciona con las administraciones centralizadas, no participativas, sin control y penetradas por los grupos de presión.

Un tema muy importante para los que laboran en la Administración Pública es el estudio que realiza de los requisitos de gobernador y del administrador. Conforme a lo sostenido por el autor: “el profesional universitario Administrador Público debe tener la competencia para desempeñarse como asesor político y como asesor en materias administrativas.. y en ubicaciones que requieren un dominio conjunto de técnicas políticas y administrativas.”

El capítulo V y final es una reflexión sobre el director o gerente público, estableciendo sus relaciones con los grupos de poder y las estructuras administrativas. La relación Ministro-Director es muy compleja, a veces fluida, pero en muchos casos hay rivalidad e imposiciones jerárquicas para disminuir el perfil del Director. La existencia necesaria de asesores es una trama de relaciones que debe afinarse para obtener la información sobre proyectos y preparar la información necesaria para colaborar en ellos. La relación del Director o gerente público con los parlamentarios, con los partidos políticos y con los grupos de interés es otra área sensible estudiada en detalle. Finalmente se sostiene que el Director debe emplear conocimientos multidiciplinarios para enfrentar a una sociedad segmentada y debe reconocer las restricciones que exigen inteligencia emocional, conocimientos profesionales y técnicos y capacidad para usar técnicas de comunicación que la ayuden a ganar la confianza de sus subordinados y lograr la sobrevivencia..

La obra contiene, además un glosario sobre acciones de gobierno y gestión pública; un anexo sobre el concepto de interés publico y una bibliografía que muestra las fuentes de las cuales se nutrió el autor.

Comentarios.
Esta obra es la síntesis de la experiencia del profesor Barrientos como directivo integrante de la CONARA, Comisión de la Reforma Administrativa que funcionó durante la dictadura militar, sumada a su experiencia como alto funcionario en misiones en el exterior y especialmente como profesor de la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, actual Escuela de Gobierno, Gestión Pública y Ciencia Política.

Esta rica vida funcionario de alto nivel y una vida de experiencias prácticas con la burocracia civil y militar le permiten poner el acento en aspectos que son desconocidos o borrosos para los teóricos que elucubran en niveles abstractos alejados de los problemas concretos de la Administración.

Cabe destacar que el autor aboga por un enfoque multidisciplinario pero reconoce la importancia central de la ciencia política y del derecho en el ámbito de la Administración Pública. En este sentido se adscribe a la tradición chilena, representada por el profesor Aníbal Bascuñán, destacado profesor, que después de Valentín Letelier es quien elaboró un manual sobre la ciencia de la Administración Pública en Chile, en la década de los sesenta. Este mismo enfoque que tuvo vigencia en España hasta la década de los ochenta. Frente a esta posición hay otros autores chilenos y españoles que se incorporan abiertamente a la Administración Pública anglosajona que reconoce su dependencia de la Administración de Empresas y le otorgan gran importancia a los enfoques de la teoría del caos, el lenguaje, el iluminismo administrativo, la inteligencia emocional y el rechazo a la ciencia cartesiana. Sin embargo, el autor no deja de citar en el texto, a los pensadores norteamericanos como Peter Drucker, Osborne y Gaebler que están en estas nuevas posiciones.

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