El lucro y la educación
El lucro y la educación
Es evidente que la sociedad capitalista se mueve por el lucro. El patriarca del neoliberalismo, Milton Friedmann, lo dice: “La responsabilidad social de los negocios es aumentar sus utilidades”… lo demás son pamplinas.
La teoría económica siempre justificó la existencia de los ricos, económicamente son ellos los que cumplen la importante función de invertir, los otros cumplen la función del consumo que permite obtener las utilidades a los inversionistas.
Antaño la Economía se entendía como la ciencia de la escasez o la que se preocupaba de la necesidades y su satisfacción a través de la producción, la distribución y el consumo.
Con el neoliberalismo, la Economía se posicionó como una ciencia exacta fundada en la matematización neoclásica y lo que ella sostiene ya no se puede discutir. Antaño había diversas tendencias en el pensamiento económico, hoy hay monopolio hasta en el conocimiento.
Pero al mismo tiempo ha ocurrido que la Economía que antes se llamó Economía Política según los clásicos, pasó a ser Ciencia Económica, ahora se le amputó lo de Política, ya que ello era valorativo y la ciencia neoliberal rechaza todo lo que tenga que ver con la ética, la política y los valores.
Pero la transformación siguió y ahora hay un vuelco realmente matamorfósico. Las escuelas de Economía ahora se llaman Escuelas de Negocios y falta poco para que el vocablo economía quede obsoleto y su reemplazo sea simplemente “negocio”. Es el auge del lucro que explica todo el comportamiento social.
El lucro es como una marea dorada y negruzca que invade todo. El lucro puede ser aceptable y necesario en ciertos niveles, pero el lucro excesivo es la fuente principal de la desigualdad y pobreza. Y existen mecanismos para limitar el lucro. Hace más de un siglo que los teóricos de las finanzas públicas, sostienen que los impuestos personales progresivos son una forma de limitar el lucro excesivo. Pero en Chile, habitualmente los ricos no pagan impuestos, excepto aquellos que también pagan los pobres: hay igualdad que sostiene la desigualdad.
El país de la hipocresía
Sin embargo, hay una reacción en contra del lucro, se pretende que ciertos sectores sociales queden ajenos al lucro, especialmente la salud y la educación. Serían los últimos baluartes donde la ética -ciencia en extinción en Chile- mantendría su menguada existencia.
Pero quienes han levantado este concepto de rechazo al lucro en la educación son los estudiantes y la rectora de la Universidad Gabriela Mistral, una poderosa universidad-negocio, declara que “los estudiantes pueden pedir lo que quieran, porque no saben lo que están hablando” y aprovecha la tribuna del principal diario, para pedir que las universidades privadas puedan descontar el IVA como en todos los negocios. Así aumentarían las ganancias que no existen, según declara.
En Chile, legalmente, las universidades privadas son instituciones sin fines de lucro, Esta es una convención oficial y su reconocimiento más expreso es que no tributan por sus ganancias. Sin embargo, la verdad es que muchas universidades privadas tienen como único fin el lucro .
Hace poco tiempo, el dueño de la Universidad Santo Tomás murió en bochornosas circunstancias y sus herederos se disputaron con pasión los cientos de millones que había acumulado en corto tiempo en este quehacer: ser dueño de una universidad sin fines de lucro, como todas las privadas. Otra universidad fue vendida en 80 millones de dólares con profesores y alumnos incluídos.
Evidentemente, que en una sociedad sin ética, la hipocresía resuelve los problemas de principios. Entre verdad y falsedad no hay línea que separe, ni menos un abismo. En consecuencia las universidades-negocio eran universidades sin fines de lucro.
Pero el colmo se quebró cuando el presidente Piñera en su programa para reformar la educación declaró que el lucro es lícito y lo ilícito era que las universidades con fines de lucro no pagaran impuestos por las utilidades ¿Pero cómo es posible hacer esta declaración si todas las universidades no tienen fines de lucro en Chile y los estudiantes que denunciaban el lucro eran unos ignorantes?
Lo que ocurre es que el Presidente, adalid del neoliberalismo, lo que hacía era legitimar el lucro. No había lucro, pues si lo había era un delito. Ahora ya no será delito, porque hay lucro reconocido oficialmente y existe la esperanza de que los dueños de las universidades-negocio, que negaron que fuesen negocios sus propiedades universitarias, con lo cual estaban cometiendo delitos, ahora acepten de que estaban mintiendo y empiecen a abandonar la mentira y hagan declaraciones de sus utilidades y paguen los tributos correspondientes. Con estos nuevos fondos se financiará en parte la reforma educacional según el Presidente ¿Esto es verdad? ¿Es mentira? ¿Es hipocresía?
Que los estudiantes lo decidan, porque ellos y sus familias son el objeto de una institucionaliudad anti-ética.
Adolf Weber, un economista del siglo pasado dijo: “aquel que considere que la honestidad no es imprescindible será condenado tarde o temprano, por la parte más valiosa de la sociedad- la juventud”, Parece que es lo que está ocurriendo en Chile.
Santiago, julio del 2011
* Profesor de la Universidad de Chile, retirado