Italia, Liguria, Monteallegro, Santuario para marinos

MONTEALLEGRO, SANTUARIO PARA MARINOS

monteallegro

Patricio Orellana Vargas, “El santuario de Monteallegro”, (óleo 40 x 50 cms.)

Monteallegro
Como todas las vírgenes cristianas, la Madonna de Monteallegro al aparecerse a un campesino en lo más alto de ese lugar, sólo le pidió que allí se erigiera un templo para su culto. Poco después su deseo era cumplido por la gente de Rapallo, que para llegar allí debía subir setecientos metros.
No cabe duda que la Madonna eligió un bello sitio con una espléndida vista del Golfo del Tigulio, de la ciudad de Rapallo y de la cordillera boscosa de los Apeninos Ligures.
Ahora hay un camino de cornisa angosto por donde suben los buses desde Rapallo, con variados panoramas según las curvas de las montañas. También se puede optar por un teleférico que en pocos minutos llega a la cumbre. Pero en invierno dicho teleférico no funciona.

El Tesoro del Santuario
Este santuario guarda un cuadro pequeño de la Virgen, el que fue encontrado en el lugar de la aparición. El problema surgió cuando una ciudad vecina exigió al obispo que devolvieran el cuadro, ya que había sido robado de una de sus iglesias. El obispo ordenó la devolución y el cuadro fue restituido a sus originales propietarios, pero al poco tiempo volvió a aparecer en Monteallegro y ya no se devolvió más.
Al parecer, unos marineros en peligro de naufragar se encomendaron a la Madonna y lograron refugiarse en el puerto de Rapallo. Agradecidos, hurtaron el cuadro y lo devolvieron a Monteallegro.

Marinos en Peligro
Desde entonces los marineros que enfrentan tormentas u otros avatares se encomiendan a esta virgen y hacen mandas de ir donde la Madonna y llevarle algún objeto como agradecimiento.
Ahora el santuario tiene más de cuatro mil obsequios dejados a la virgen “por favor concedido”, especialmente unos delicados bordados (llamados “merletos”). Pero también hay cuadros, fotografías, cartas, réplicas del santuario, etc.
Para mí, lo más interesante son los cuadros y dibujos, generalmente de aficionados y en estilo ingenuo o naif. Estos cuadros, dibujos o fotografías representan el momento de peligro que vivieron los marineros. Hay uno que muestra un barco italiano en el momento en que es torpredeado por submarinos británicos en Africa en 1942, y uno de los marineros agradece a la Madonna haberse salvado milagrosamente del peligro. Otro muestra un tren descarrilado y destrozado en el mismo año, pero en Yugoslavia invadida por Italia y los padres de dos soldados agradecen a esta virgen el que sus hijos se hayan salvado. Abundan los cuadros de barcos naufragando, especialmente veleros del siglo XVIII y XIX.

Los chilenos y sus mandas
Hace algunos años cuando estuve en este santuario, había visto las mandas de marineros chilenos, generalmente fotografías. Había uno del Valparaíso y otros de San Antonio. Uno de este puerto se llamaba Patricio Orellana y agradecía a la virgen por haberlo salvado de una tormenta en 1920. No era el autor de estas notas, que en 1920 no había nacido y que nunca fue marinero.
En esta oportunidad traté de ver nuevamente esas mandas pero fue imposible encontrarlas entre las miles que hay. Hasta le pregunté al cuidador y éste llamó al párroco y los tres las buscamos, pero era una tarea ímproba. El párroco recordaba que había mandas de chilenos pero quizá estaban en el sótano ya que habían hecho arreglos últimamente.

Patricio Orellana Vargas
patoorellana@vtr.net
Rapallo, 1 de febrero de 2003

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *