Los culpables son los ecologistas.
Los culpables son los ecologistas y Luksic es absolutamente honesto
EL MERCURIO con su habitual habilidad informa objetivamente de los hechos. Ha publicitado ampliamente el caso de la celulosa CELCO y siempre ha destacado que no hay antecedentes claros al respecto y que la mortandad de la fauna silvestre se puede deber a múltiples factores. También destaca que la planta de Valdivia fue cerrada voluntariamente por la empresa como si no existiesen presiones diversas que obligaran a ello. Ahora gira y aparecen los ecologistas como culpables de impedir el desarrollo económico y resolver problemas fundamentales como el empleo.
Un ejemplo claro de la habilidad de EL MERCURIO es la información que aparece el 28 de junio. Se señala que “la fuerte ofensiva en el exterior de grupos ambientalistas contra los problemas de la planta Valdivia de Celulosa Arauco está consiguiendo sus primeros resultados”. Y agrega: “Un grupo de diputados del Parlamento Europeo pidió ayer una revisión del Tratado de Libre Comercio de la Unión Europea con Chile, con la intención de determinar el impacto de este caso en el trabajo medioambiental en nuestro país.” Si se piensa en este tipo de información hay que aceptar las premisas que sostienen esta declaración. El deterioro del medio ambiente no es un crimen sino que simplemente “un problema”. No es el hecho de que se esté destruyendo el medio ambiente lo que provoca reacciones en contra… son los grupos ambientalistas los que consiguen esos resultados.
En otro caso, el de las sanciones que pueden afectar al grupo Lucchetti por instalar una planta industrial que afecta al medio ambiente en Lima, son enfrentadas por EL MERCURIO con la insinuación de que son simplemente medidas antichilenas de “una compleja situación” como la describe este diario. Andróniko Luksic y otros personeros de Luchetti están acusados “por supuestamente haber solicitado la ayuda ilícita” del ex asesor de Fujimori, Vladimiro Montesinos, lo que en un leguaje más claro es haber pagado coimas al mencionado Montesinos para obtener los permisos pertinentes.
El Ministro Francisco Vidal, miembro del PPD, partido que agita la bandera ecologista para obtener votos, declara que se permite “una opinión personal: Tenemos confianza en los empresarios acusados de tráfico de influencias en Perú y nosotros, como Gobierno, por la trayectoria de ese grupo empresarial y por lo que ha aportado al país (creemos que) van a salir adelante porque tenemos absoluta confianza en su honestidad y honorabilidad” (EL MERCURIO 28-06-05). El razonamiento del Ministro Vidal es tan ambiguo y contradictorio que EL MERCURIO lo aplaude en la misma edición citada. Para empezar, el ministro dice que es una opinión personal, pero a continuación señala que es de “nosotros como Gobierno” ¿El Gobierno tiene opiniones personales? Y la ambigüedad está en que el caso de coimas de Lucchetti se transforman en “tráfico de influencias”. Lo único preciso es la alabanza al grupo Luksic. Vidal, como vocero del gobierno señalaba reiteradamente que no se pronunciaba sobre los hechos judiciales, ahora sí se pronuncia para defender a un grupo económico que se caracteriza por el desprecio por el medio ambiente. Es de suponer que esta actitud se debe a que hace referencia al poder judicial del Perú y es una mera reiteración actitud anti latinoamericanista del gobierno chileno.
En su preocupación ecológica EL MERCURIO ha difundido ampliamente los graves problemas ambientales generados por la actividad petrolera de la ENAP en Magallanes. (28-06). Esto es muy correcto, pero aparece como una réplica a la contaminación de CELCO, ya que ENAP, empresa estatal, también comete el mismo daño que la empresa privada. ¿Es una justificación? En otro artículo (27-06) informa que los relaves son una verdadera pesadilla para las empresas mineras y destaca los graves daños provocados por CODELCO y por mineras privadas. Finalmente destaca que el gran responsable es el Estado que no fiscaliza. Sin embargo, en un editorial que analiza la corrupción sostiene que un factor fundamental es el tamaño del Estado y que una solución es la reducción del Estado. Esto es totalmente contradictorio con la tarea que le encomienda al Estado, en el tema ambiental, que es la fiscalización, ya que esto requiere instituciones estatales especializadas que no existen y que deben ser creadas o al menos modernizadas las existentes.
Un remache en contra de los ecologistas lo dio el ministro Vidal ordenando la detención de un pequeñogrupo de ambientalistas, que acompañados por el senador Nelson Ávila, llevaban una carta sobre el caso de la Celulosa Arauco en relación a su planta de Valdivia. Fueron detenidos frente a La Moneda y se les negó acceder al palacio. Parece que el delito era que iban con unos cisnes de peluche que representaban a esas aves muertas por los derrames químicos que afectan al Santuario Adwanter.